viernes, 20 de julio de 2012

El camino de las larvas


El vacío se llenó de larvas
que buscaban un punto de luz.

El sendero se abría paso a través
de sus íntimas cabezas desgranadas,
a través de sus cuerpos informes,
de sus jugos hollados.

Nada funcionó más allá del lastre
enquilosado en el fondo de los huesos.

Nunca recordaban que los detalles
de sus límites colindantes,
los detalles de su devenir mutante
se acababan enroscando a la postre,
hoyados y retorcidos,
en un remoto lugar
adherido a la partícula
que precede al vacío,
que sostiene la luz.